La auxiliar de enfemería contagiada por ébola, Teresa Romero, no recuerda haberse tocado la cara con un guante tras atender al misionero fallecido Manuel García Viejo y asegura que tanto ella como su marido, Javier Limón, avisaron “constantemente” de que podía haber contraído el virus.
vía Europa Press – Resultados de búsqueda