Siete días trepidantes.- Todo lo que se nos va quedando viejo.

Anduve, según una costumbre inveterada, pululando por los pasillos del Congreso esta semana, en la última sesión de un curso que se acababa en medio de una intensa agitación política: ese mismo día, Mariano Rajoy tenía que ponerse a buscar -creo que ya tenía el nombre como un as en la manga- a alguien que sustituyese al dimisionario Eduardo Torres-Dulce en la fiscalía general.
vía Europa Press – Resultados de búsqueda

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