Madrid, 7 ago (EFE).- Un año después de que se confirmara el primer positivo en ébola de un español, el misionero Miguel Pajares, contagiado mientras atendía a enfermos en el Hospital San José de Monrovia, el centro afronta con ilusión una nueva etapa marcada por las extremas medidas de seguridad y el recuerdo de la epidemia.