La crioablación es una técnica avanzada para el tratamiento de la fibrilación auricular no persistente (paroxística), en la que la fuente de energía aplicada es el frío y no el calor. Esta técnica, según señalan expertos de la Unidad de Arritmias del Departamento de Cardiología de la Clínica Universidad de Navarra, es un tratamiento “sencillo y rápido”.